Vencer la Timidez

Casi todos la hemos padecido de una u otra forma la timidez,  causa de la baja autoestima, perdemos oportunidades, ponemos barreras, creamos una personalidad falsa…… es todo un complejo sicológico que nos impide avanzar en nuestra vida profesional.

 

Curiosamente muchos la sufren cuando son niños, otros cuando son adolecentes y otros cuando en la etapa madura donde es mucho más complicado…. Esa timidez nos impide desarrollarnos como seres humanos.

Muchos confunden el silencio con la timidez pero eso no es así…. En muchas de las ocasiones las personas silenciosas son más osadas y más asertivas que las personas habladoras. La prudencia no pelea con nadie….. Otras personas creen que porque son habladoras y dicen lo que quieren agrediendo a todos a su alrededor disimulando la cobardía y la timidez realmente tienen en el fondo de su personalidad.

 

ALGUNOS COMPORTAMIENTOS DE BAJA AUTOESTIMA Y LA TIMIDEZ.

Existen comportamientos que reflejan desamor e irrespeto por nosotros, y como consecuencia de eso, por los demás, y son en el fondo causados por algún grado de timidez. Sin que deban ser tomados como algo inmutable y absoluto, algunos de los más frecuentes son:

· Mentir
· Llegar tarde
· Necesitar destacar
· Irrespetar a las personas
· Preocuparse por el futuro
· Actuar con indiferencia
· Creerse superior
· Descuidar el cuerpo
· Negarse a ver otros puntos de vista
· Negarse a la intimidad emocional
· Vivir aburrido, resentido o asustado
· Desconocer, negar o inhibir los talentos
· Vivir de manera ansiosa y desenfrenada
· Descuidar la imagen u obsesionarse con ella
· Desarrollar enfermedades psicosomáticas
· Seguir la moda y sufrir si no estamos “al día”
· La maternidad y paternidad irresponsables
· Improvisar la vida, pudiendo planificarla
· Descuidar la salud como si no fuera importante
· Negarse a aprender
· Idolatrar a otras personas
· Asumir como estados habituales la tristeza, el miedo, la rabia y la culpa
· Tener y conservar cualquier adicción(Cigarrillo, licor, comida, sexo, etc.)
· Anclarse en lo tradicional como excusa para evitar arriesgarse a cosas nuevas
· Negarse a la sexualidad(salvo casos especiales vinculados al celibato espiritual)
· Incapacidad para manejar los momentos de soledad
· Quejarse
· Perder el tiempo en acciones que no nos benefician
· Manipular a los demás
· Culparse por el pasado
· Actuar agresivamente
· Autodescalificarse
· Discriminar y burlarse de los demás
· Sentirse atrapado y sin alternativas
· Preocuparse porque otro destaque(Envidia)
· Actuar tímidamente
· Dar compulsivamente para ganar aprobación
· Invadir el espacio de otros sin autorización
· Depender de otros pudiendo ser independientes
· Celar de manera desmedida a amigos o a la pareja
· Compulsión por obtener títulos académicos y dinero
· Irrespetar a las personas
· Incapacidad para expresar los sentimientos y emociones
· Maltratar a los hijos en vez de optar por comunicarnos
· Denigrar de uno mismo y de los demás de manera frecuente
· Sostener relaciones con personas conflictivas que te humillen y maltraten

 

¿COMO VENCER LA TIMIDEZ?

pensar en uno mismo.

Estamos decididos a intentar vencer nuestra timidez. Pero, ¿cómo empezar?. La respuesta es más simple de lo que imaginamos.

El hecho de plantearnos vencer nuestra timidez, es el primero y uno de los más decisivos pasos a dar para conseguirlo, y lo es por dos razones: la primera porque a esta decisión hemos llegado por medio de un proceso de reflexión sobre nosotros mismos, reconociendo nuestros propios efectos.

La segunda es que hemos realizado una toma de decisión, lo que muestra que nuestra voluntad y nuestra seguridad en nosotros mismos no son tan débiles como pensamos.

Realizando un pequeño esfuerzo y dedicando algún tiempo a profundizar en esa reflexión sobre nosotros mismos, debemos comenzar a pensar en esa timidez que nos acosa, en lo que creemos que puedan haber sido sus orígenes y, lo que es más importante, en la cantidad de oportunidades de relacionarnos con otras personas que la timidez nos ha hecho desperdiciar. Si en este ejercicio de reflexión conseguimos sincerarnos con notros mismos, el avance habrá sido enorme, puesto que habremos visto que la mayor parte de los miedos que originan nuestra timidez son infundados.

En caso negativo, si nuestra timidez no nos ha dejado aproximarnos a nuestra auténtica imagen, por lo menos habremos sentado las bases para un autoanálisis que deberá ser una práctica habitual durante nuestro proceso de curación e incluso cuando este se haya superado.

Otro elemento muy interesante, sobre el que cabría reflexionar es que lo más seguro sea que a los demás les resultaría más fácil tolerarnos que a nosotros mismos. Por lo general, las personas tímidas aplican un criterio extraordinariamente restrictivo para con ellas mismas, por supuesto, mucho más duro que el que aplican a los demás. Y, en la inmensa mayoría de las ocasiones, mucho más estricto que el que el resto de las personas emplea para con él mismo.

Ser crítico con uno mismo no implican en ningún momento, que tengamos que ser intolerantes. La voluntad no implica rigidez, y se puede ser más o menos duro dependiendo de las circunstancias.

Pero nunca se ha de llegar a la cegación, puesto que ésta a lo único que conduce es a un bloqueo en nuestra actuación. Debemos tener muy claro que si lo que queremos, es aprender a vivir junto a los demás, jamás lo conseguiremos si no aprendemos primero a vivir con nosotros mismos.

reforzamiento de la autoestima.

La forma en que se piensa sobre uno mismo tiene profundos efectos sobre la vida del individuo; esto es, la autoestima, el autoconcepto, positivo o negativo. Estos conocimientos que se tienen se originan tanto en la autoobservación de las propias vivencias y acciones, como en las diversas formas de juicio ajeno.

Dado que el sí mismo puede manifestarse, pero también encubrirse, existe la posibilidad del autoengaño y éste puede llevar a dificultades para la adaptación a la realidad. Los esfuerzos terapéuticos deben ir dirigidos a corregir el autoconocimiento, la autoimagen, y a hacer posible la solución de conflictos individuales.

Las personas que tienen una baja autoestima, un pobre autoconcepto, son muy sensibles a las críticas negativas, ya que con ello se confirma aún más en la creencia de que todo lo hace mal y que no vale nada. También tiene mucha dificultad para recibir elogios de los demás.

La autoestima es algo que se va haciendo con la persona, que va creciendo en ella al igual que va creciendo su Yo social y personal. A lo largo de este proceso habrá que tener cuidado para no formar autoconceptos erróneos al compararse la persona con modelos inadecuados e inasequibles. Una persona se puede frustrar si los modelos en que se fija son exagerados.

Lograr el triunfo, la valía personal de cara al exterior, a la sociedad, es algo muy voluble. Es la sociedad quien marca unas modas, unos éxitos a conseguir, y si no eres tal o cual, tienes tal o cual imagen, tal o cual coche, no eres nadie. Hay que defenderse de todo esto consolidando nuestro propio Yo personal e intrasferible, aceptarse tal y como es uno, y si algo no nos gusta, intentar cambiarlo y mejorarlo.

Hay que tener criterio. Si los cánones actuales dicen que el hombre moderno debe ser delgado, moreno y alto, si uno es obeso, no muy alto y con poco pelo tendrá que aceptarse como es, conformarse y adaptarse a lo que tiene o intentar cambiar en la medida de lo posible para lograr la imagen personal que él quiere y necesita, y así, sentirse seguro, con cofianza; en una palabra, para autoestimarse.

Una serie de posibles soluciones para intentar que pueda subir la autoestima cuando se halle a niveles muy bajos:

– Hacer hincapié en los aspectos positivos y no en los negativos.

– No permitir que los demás le juzgen a uno como persona. Podrán estar deacuerdo o no con su forma de pensar o actuar, pero no permita que le critiquencon calificativos peyorativos.

– Para ganar en cofianza, las metas y tareas iniciales que uno deberá marcar seránde dificultad progresiva. Hay que ir haciendo primero los pequeños logros parapoder ir ganando en seguridad personal.

– Echar una mirada atrás, a la vida pasada y tratar de hacer borrón y cuenta nueva. Intentar comprender y perdonar comportamientos de personas que se portaron mal con nosotros, olvidar los posibles fracasos que se hayan tenido, porque lo hecho, hecho está y hay que seguir adelante. El mundo no se acaba con un tropiezo.

– En la medida en que no se consigue alguna meta, utilizar el fracaso como algo productivo y no como algo frustrante e insuperable. De un fracaso se aprende para que la próxima intentona salga mejor.

– Identificar la timidez con la situación en la que se da, en la medida en que relacionemos el síntoma (timidez) con la situación (hablar en público) podremos abordar el problema para lograr el cambio.

– Hay que buscar las causas de sus problemas, timidez, incomunicación, etc, en los aspectos sociales, físicos, políticos y económicos de la situación en que se mantiene la persona. No hay que caer en el error de buscar la causa en los defectos de su personalidad.

– Procurar relajarse siempre que se pueda.

Supera la timidez en 7 pasos

Cómo vencerla para ser una persona más abierta y sincera

 

1. Determina en qué situaciones específicas te cohíbes y por qué

Algunas personas solo son tímidas ante alguien del sexo opuesto o que les resulta atractivo; otras lo son si tienen que hablar con el jefe o en una reunión de trabajo. Señala qué situaciones te provocan ansiedad. Acto seguido analiza por qué: ¿es por temor a la crítica o a hacer el ridículo? ¿Se te van las ideas de la mente y no sabes qué decir? Saber qué provoca tu timidez te permite trabajar específicamente en tus áreas problema y prepararte de antemano para la próxima vez que te enfrentes a ellas.

2. Proyecta una actitud relajada y asequible

Si te resulta difícil acercarte a otra persona para iniciar la conversación, atráela mediante el lenguaje corporal. Entablar contacto visual, sonreír y mantener los brazos descruzados son señales de bienvenida. Los gestos cerrados –cruzar brazos y piernas; evitar el contacto visual; mantener una expresión seria– pueden ser interpretados como un rechazo. Los demás conservan la distancia y se perpetúa el ciclo de timidez.

3. Enfócate en la otra persona

El tímido se concentra en sí mismo y cree que es el centro de atención. De ahí viene su miedo a ser juzgado, criticado o a no dar la talla. Si, por el contrario, enfoca su atención en la otra persona, no solo quedará ante ella como una persona atenta y educada, sino que reducirá su ansiedad en un alto porcentaje. Es bueno mantener en mente el viejo dicho sueco: “No nos preocuparíamos de lo que los demás piensan de nosotros, si supiéramos lo poco que piensan en nosotros”.

4. Haz preguntas abiertas

Si lograste entablar una conversación, mantenla viva con preguntas que promuevan el diálogo. Cuando preguntas “¿Te gusta el cine?”, la respuesta puede ser un simple “Sí” o un “No”. Esto podría marcar el fin de la conversación. Las preguntas abiertas, como “¿Cuáles son tus películas favoritas?” le da pie a la otra persona para que elabore sobre el tema.

5. Admite tu timidez

Si te trabas durante una conversación o de repente te asalta una ola intensa de timidez, la mejor opción es simplemente admitirlo: “A veces me siento intimidado en estas reuniones/cuando conozco a alguien/en situaciones nuevas/porque soy tímido”. Casi siempre la reacción de la otra persona es de comprensión y hasta de incredulidad: “¿De veras? ¡Pues no lo pareces!”. Esta táctica suele romper el hielo y así todo fluye más fácil.

6. Piérdele el miedo al rechazo

El gran temor de los tímidos es a recibir un “No” o a ser rechazados. Para superarlo, cierra los ojos e imagina con lujo de detalles que esto te ocurre. Experimenta la vergüenza y laansiedad; siente cómo te arden las orejas o te sudan las manos. Después de imaginar lo peor, contesta: ¿Se acabó el mundo? ¿Moriste de timidez? Por supuesto que no. Acepta que el rechazo es una parte normal de la vida y no un juicio sobre tu persona. No tienes por qué sentirte avergonzado, pues todos, en algún momento, lo han experimentado y superado.

7. Ponte metas específicas

Haz una lista de las situaciones que te intimidan, comenzando por la que menos te cohíbe. Por ejemplo: “Saludar a las personas cuando entro al ascensor” podría ser una de bajo riesgo para ti. Empieza por la más fácil y ve construyendo sobre tus éxitos hasta completar la lista. ¿Fallaste o te saltaste alguna por miedo? Vuélvelo a intentar. Recuerda también el dicho japonés: “Si te caes siete veces, levántate ocho”. Con esfuerzo y perseverancia, la timidez puede ser una condición incómoda a la que no le prestas atención, pues la has aprendido a manejar.

LA ASERTIVIDAD.

Se entiende por ésta al estilo honesto, directo y equilibrado de comunicación, caracterizado por diálogo respetuoso y frontal, para expresar y defender nuestros derechos a través de comportamientos adecuados con voz firme, contacto visual, postura recta y frontal y uso de expresiones verbales que reflejan autorrespeto, como por ejemplo:
· Me sentiría mejor contigo, si…

· Algo que sucede y que me está afectando, es…

· No me siento bien, cuando…

· Cuando haces… yo me siento… por favor no lo hagas de nuevo….

La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.

La asertividad es la habilidad personal que nos permite expresar directamente los propios sentimientos, opiniones y pensamientos y defender nuestros derechos, en el momento oportuno, de la forma adecuada sin negar ni desconsiderar los sentimientos, opiniones, pensamientos y derechos de los demás.

Las características de la asertividad son:

Es una característica de la conducta y no de la persona

Es una característica específica a la persona y a la situación, no es universal

Debe contemplarse en el contexto cultural del individuo, así como en términos de otras variables situacionales.

Está basada en la capacidad de un individuo de escoger libremente su acción

Es una característica de la conducta socialmente efectiva

Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre la agresividad y la pasividad. Se define como un comportamiento maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.

Recopilacion de los autores:  Giselle Balido, Luis Enrique Vasquez, Psicologia en Guatemala. Ricardo E. González O.

Ser callado o prudente no es sinónimo de tímido o pendejo

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